Con la historia
pasan varias cosas, una de ellas es que
no la indagamos y otra es que se nos olvida, por eso es bueno recordar que en
la Nueva España primero apareció la Fiesta Brava, que la Virgen de Guadalupe,
imagen controvertida aquí la que hay que decir que se venera desde endenantes
en Cáceres, donde se le tiene como la Patrona de Extremadura y ya luego en el
tiempo viene la Morena del Tepeyac, de la que uno de los tres grandes
pinceleadores taurinos, el maestro Reynaldo Torres expresara; ‘México tiene
tres grandes símbolos: La Virgen de Guadalupe, Silverio Pérez y los Volcanes’.
El caso es que siempre se le tiene presente como símbolo de mexicanidad y por
eso en estas fechas se le celebra.
La llamada Feria
Guadalupana arrancó con toreadores que están figurando, pero que no son figuras,
pues pa’ serlo una de las primeras condiciones lo es el convocar y ya se vio
que la gran entrada la hizo el ausentismo, lo que no obsto pa’ decir que después
de ver visto como anduvo en la Plaza México, el sábado pasado, el de la cuarta
generación de los Silveti, Diego, ante un torazo sexto del encaste de la línea de los Domecq, que
cría en México el ganadero Don Benigno Pérez Lízaur, pues como que
obligadamente hay que referirse al matador y antes que nada debo decir que torea porque se le da la gana y lo que haga o
lo que deje de hacer, es por su propia voluntad y capacidad, cuando menos en esta columna por
supuesto que no le vamos a dar carrete a ese mito chichimeca de que Silveti
torea como una ofrenda a los espíritus del padre y de la virgen morena, dejemos esa cantaleta por respeto y por qué el torero estuvo ahí
sostenido por un par de agallas, ante eso no necita que nadie le sople al
anafre, pues calentó hasta guisarse una oreja la que sin duda tiene aroma a
repetición.
El festejo se dio
bajo la neblina del morbo de tres novedades: unos toros de Santa María de Xalpa, que
auxiliaron en un rechazo ganaderil y los que además pa’ la foto retrataban rete apantalladores, un
torero Fermín Rivera, que lo metieron al cartel en función de sustituto de
Andrés Roca Rey, el que por alguna razón médica
u otra que usted es libre de pensar, no vino al compromiso y en el palco de la presidencia una dupla
compuesta por los señores Enrique Braun y Miguel Ángel Arroyo, de los que hay
que decir que presentaron credenciales con el sello que se requiere pa’ esta
plaza.
Octavio García ‘El
Payo’ no encontró colaboración animal y exprimió la roca, sin que de ella
brotara nada más que nada y cuando no se tiene nada solo hay que dejar
constancia de que lo intentó y así lo hizo sin asomo de tropiezo y con lujo de
sobriedad con las telas y con la postura.
Fermín Rivera anda
en boca de todos y con eso está arregla’o
y es que sus adeptos con esos costales de incienso que le están cargando sobre
el lomo, van a terminar por jorobarlo y por ello el sabadazo como que ya sintió la presión o no se empeñó en
consultar el GPS o el WAZE pa’ dar el acelerón en la dirección correcta y por
ello solo transitó.
Después de eso, el domingo Morante de la Puebla se decidió a estar
en morantísimo, por el lado de la moneda que ilumina su propio sol, tratar de
reseñar lo que bordó sería solo eso, tratar, porque lo inenarrable es eso,
inenarrable, estuvo tan grandioso que hasta me da la impresión que se pasó pues
con lo que hizo pareció que dijera pa’ que vean que si de arte, maestría,
genialidad, gitanería, estructura, inventiva, personalidad, gracia, aroma, pellizco,
lindura, entrega ¿haber quien se me para
enfrente?
Y pa’ rematar salió José
María Manzanares y con una clase única, una belleza inigualable, un señorío de tronío,
una majeza de ensueño con la que dicto otra catedra del bien torear, en letras mayúsculas
y ante esa excelsitud, solo decir que de
la tierra morena nos presentaron a Gerardo Rivera que abrió y cerró con las manos
vacías cosas del verdor, ¡Ah! lo que salió de los corrales fue de Teófilo Gómez.
Ojala la empresa
siga dando confrontaciones con dos matadores españoles pa’ ver exposiciones de
arte y poderío, entre las máximas figuras del orbe, como Ponce, Morante,
Manzanares, Juli y si estas se dan ante toros con trapío y bravura, entonces
sí, la temporada se habrá salvado.
La pregunta ¿Guardaran
a Morante en la hamaca o lo traerán el domingo en corrida de asegundamiento?
junto con Diego Silveti y Sergio Flores, lo cual significaría que bien
cacareado el cartel, la empresa cerraría esta etapa, con una entrada solvente,
lo que no ha ocurrido en todo el serial.
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