lunes, 17 de abril de 2017

La Fiesta, los agujeros del Gruyer



Hemos venido refiriéndonos a tradiciones, cuando la realidad es que éstas en el contexto mayor, ya son como  lo hoyos del queso, que tiene más agujeros que esencia, con la diferencia que en el manjar los orificios forman parte del todo y en cambio en la fiesta son pozos por donde se nos está yendo lo mero medular, aunque algunos los quieran disfrazar o traten de distraer rellenándolos con cualquier cosa, la cosa es que esto está de la ‘chifiosca’ , aquí a mi lado en la mesa cantinera  tengo al aficionado Humberto Escalante, quien a través de la tinta de esta pluma hará dos o tres años, presentó la propuesta pa’ que el tiempo de muerte asignado a los toros bravos se redujera considerablemente, enfrente está ese fino matador en el retiro Leonardo Manzano, el que imperativamente se decanta por una fiesta incruenta, libre de sangre y que desde hace tiempo debió de empezar a ser promovida por ‘Pepe Tomy’ (José Tomás)… ¿y la tradición?

Las meseras de buen chasis ahora esconden sus faroles  bajo unas blusas  de cuello de ganso por lo que un ‘compa’  con voz aguardentosa pregunta  -¿verdad ‘rorrita’ que  están recataditas por la Semana Santa?, ¿Cuál Semana Santa? contesta la otra entre el  chicle bomba y el enfado… ¿y la tradición?

Ahora vamos con su majestad Enrique Ponce quien hizo un viaje relámpago a Querétaro, Tijuana y Texcoco pa’ torear tres días seguidos y ni juntando las entradas de las tres tardes, hubiese llenado la Santa María, ahí es donde está realmente el problema, que la gente ya no está yendo a las plazas, así los empresarios se saquen de la chistera promociones del 2x1 en boletos, y lleguen al punto de distorsionar lo altruista camuflajeándolo con lo promocional (populista)  hasta regalar sillas de ruedas en pleno ruedo como hicieron en Texcoco, donde el día que el patronato pregunte ¿Cuántos llenos en la Plaza Silverio Pérez?  ¡Ninguno!... y triunfos de campanillas ya mejor ni hablamos… ¿y  la tradición?

Si a alguien esta semana le sirvió  pa’ meditar, ojala haya sido a los empresarios y si no fue así, como regalo de pascua ahí les va una posible solución que les podría servir pa’ frenar, si es que todavía se puede el éxodo de las gentes de los tendidos, primero olvidarse de lo superficial e ir directamente a lo esencial que lo son los toros y los toreros y sin salirnos del rumbo en el que andamos se buscan una Corrida de Toros cinqueños, con unos pitones como ventiladores que con solo mirarlos rasguen el viento, se anuncian tal y como retratan en el campo, se designa a un responsable que garantice que así van a llegar y a salir al ruedo cada uno de los toros, sin rasurar, lo cual podrá ser constado mediante el examen post – mortem que obligatoriamente se aplicará a los seis toros, se anuncia un juez de plaza de alto prestigio y de incorruptible ética, se hace público una licitación en la que se convoque a  matar la corrida a dos  matadores (previamente seleccionados) de primera línea y a uno de reciente cuño, los cuales irán con un sueldo base bajo correspondiente a un porcentaje de lo recaudado en taquilla + una cantidad extra por cada oreja y rabo cortado.

Se hace público y además se cumple, que quienes en el ruedo a juicio de un jurado calificado que los que no se hayan entregado con enjundia, pasión y ética, no volverán a pisar ese ruedo, como tampoco en un plazo tazado en varios años lo harán aquellos toreros que no licitaron (salvo causas justificadas), ¿Qué la medida es extrema? ¡Si lo es!, ¿Qué eso no es lo convencional? ¡De acuerdo!, ¿Qué no es taurino?  ¡No lo es! Como tampoco lo han sido muchas otras cosas que se han hecho, quieren ejemplos… empezando por lidiar novillos como toros, arrastrar a los toros con pick ups o armar carteles sorteando a los toreros en peceras de cristal como se hace en el futbol mercantil.

Esto es extremo sin duda, más quitémonos la venda de los ojos, fuera aparejos, la gente no está yendo a las plazas porque hace muchos años que no hay un imán que atraiga, ¿hace cuánto?, ¿treinta años? y no es que queramos vivir del recuerdo de Manolo Martínez o de Valente Arellano, lo que sucede que la pluma con la que se debe de escribir la historia de hoy, no tiene tinta, estamos carentes de atracciones en el ruedo, ¿hace cuánto un toro no sube el miedo al tendido?, ¿hace cuánto un torero no nos pone un resorte en las asentaderas con un muletazo?,  empresarios necesitan ustedes ponerles combustible a su máquina de hacer dinero y ese solo se produce cuando las taquillas se robustecen, nada de tocarse el corazón, las espuelas son pa’ encajarlas, si ustedes no exigen el toro grande con bravura y trapío, no el del cuentete mexicano y si no obligan a los toreros a que se entreguen sin medida, se van hartar ustedes de meter dinero blanco a una fiesta sin cascabeles y hablando de hartazgo, ese es precisamente, el padecimiento de la gente.

La fiesta es un mundo donde el evangelio debe de ser la verdad, el arte, la pasión, las cornadas, la sangre, la muerte, y si eso no se le da a la gente, los pocos que todavía asisten a los desolados graderíos ya no van a seguir haciéndolo y a menos ingreso en las taquillas, van a tener que echar mano de esos toreros a los que el papá paga su capricho (no sabemos si el capricho es del hijo o del padre) o de los señores con lana que hacen empresa y esos actuantes no van a llevar a nadie a los tendidos grandes, esto no es un pronóstico, esto es una realidad que ya está ocurriendo, esas personas tienen su núcleo, su zona de confort y punto, la fiesta grande es esa a la que las manotas de la indiferencia taurina, la están ahorcando.

La fiesta es seria, no se puede andar con ligerezas con medios toros y con medios toreros, la fiesta no se torea en el twitter, ni en el Facebook, donde se juega al turrón y al alfajor donde se mandan bendiciones y besitos, donde se hambrea exhibicionismo, donde es común un; ¡Suerte  torero bonito! Te queremos, en vez de un; ¡A jugársela cabrón!, donde ahora el cachondeo es la constante y ese se lo han tragado los toreros y por eso creen que lo que están haciendo, está bien hecho, ¡no, no, no! La cosa no es así, porque si así fuera, la gente lo aprobaría yendo a las plazas. En el toreo cada cosa tiene su lugar, por eso los ruedos son circulares, lo que pasa hoy en día es que el toro  que está en términos generales saliendo en México a la plazas y los toreros tricolores  no tienen sustento pa’ pararse en el centro y hacer que la pandereta gire al son de su solo nombre.

El toreo se ha ido por la ligera como si fuera algo convencional y por supuesto que no lo es, pa’ eso está fumar tabaco con filtro, fornicar con condón, beber café descafeinado y próximamente ver corridas incruentas.

 ¡Reaccionemos ya!

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