Recién se esbozó en España el proyecto de meterle acción
a un proyecto letrado que saque a la luz
la putrefacción que también la hay en la Fiesta, ¿Brava? hechos que como garfios comienzan
doblegando ilusiones a las semillas del porvenir y terminan como guadañas
cercenándoles, el alma al alma del tendido, el tema por su naturaleza es fétido,
nauseabundo, pero hay que entrarle
porque existe en ésta fiesta, la que también hay que decirlo solo a veces sigue siendo brava, porque en estos
tiempos la bravura anda como aquel de la canción, con el
hocico sangrando.
Alguien se podría
preguntar ¿Qué en la fiesta no es el toro el que da cornadas? Ojala fuera solo
él, pero no, aunque creo que es el único que va de frente y nunca esconde sus
puñales, salvo cuando los sicarios de la
tauromaquia se los mutilan más que pa’ defender al torero, porque el torero
herido no es negocio.
La obra proyectada dará
abrigo a quienes precisamente no han tenido abrigo en este galimatías, promete
no prometer censura en la tinta y si transparencia y denuncia, la que por no haberla hecho a tiempo,
ahora nuestra fiesta no solo está violada, ultrajada sino peor aún, está de rodillas
lamiéndole los guaraches no solo a la Santa Muerte que se venera en Tepito sino a la que con impunidad
esta infiltrada con sus mil disfraces.
Desde siempre aquí y
en España de donde nos llegó la fiesta hace ya casi quinientos años, lo sórdido
ha sido la constante, esta misma semana pero hace cien años nacía el ícono de la torería ‘Manolete’ y hace casi
setenta nos hicieron creer que lo había matado un toro de Miura… ¡Ay esas
historias! que se manipulan a conveniencia de los poderosos, el año pasado en
la Plaza México, politiquillos de baja monta y largas fauces partidistas le
cerraron la oportunidad de torear al único torero que hoy en día apunta pa’
figura Cristóbal Arenas ‘El Maletilla’, el gobierno de la CDMX y los de los estados se han desatendido desde
hace años de una óptima regulación de la fiesta, un torero que pudo dar Ricardo
Frausto se va hastiado y asqueado de la falta de oportunidades y por ahí va el
viacrucis al que se pretende salirle sin más capote que la denuncia.
Y es que esto no puede continuar sin
denunciarse porque el distorsionar y callar
es una canallada, por eso hay que frenar las conciencias, las de la hamaca y
las talegas porque si la fiesta esta así, es porque les conviene a muchos.
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