El toro en México
Por Bardo de la Taurina
Una tarde de aquellitas que recién se fue gozando de la seda
y el oro con la que bordan las faenas de la convivencia los descendientes por
la línea paterna de la familia Marco Sirvent y cuyas raíces ancestrales están en Cinco
Villas (Zinco Billas) una comarca territorial alegre como una jota, que se halla situada al norte de la provincia
de Zaragoza en Aragón, España y cuya esencia indomable tiene en México una
chulada de representación en el mirar al cielo de la Plaza de Toros de Cinco
Villas, en donde a hermosura no hay quien se la gane el continente que se extiende desde el Glacial Ártico y
remata en el Cabo de Hornos, el caso es que en América ‘naiden’ le hace sombra
al conjunto de las preciosuras, comenzando por el albero coqueto que en su
circunferencia está adornado con esa arena de oro que proviene de Alcalá de
Guadaira en Andalucía y es la misma con la que se maquilla la Maestranza
Sevillana, a la plaza de toros en
majestuosidad la acompañan el salón de macro convivencia ‘Faradues’ y la cava
de los caldos finos que se rubrica como ‘Casa Jordán’ y que decir de los
jardines del Edén que en su verde esmeralda y cuidado, solo le compite el terno
de la Macarena.
Por el feudo del prominente industrial y garante de la
tradición taurina Don Luis Marco Sirvent, no solo han pasado sino que han
esparcido de finas esencias con su torear figuras de solidez de la talla de
Manuel Caballero, José Antonio Morante de la Puebla, Alejandro Talavante y Pablo Hermoso de Mendoza, amén de casi ‘toítas’
las semillas de la esperanza novilleril y becerristas.
Las familia Marco Sirvent y Domínguez Cobián, quienes en su calidad de benefactores de la
fiesta y jerarcas del altruismo, algún día nos darán una sorpresa mayúscula con
un evento privado muy a su estilo, que echando a volar la inventiva al alimón
con la imaginación ¿por qué no pensar en
una de esas noches de gala teniendo como
vértice en gema de atracción a su majestad Enrique Ponce? bordando la fantasía
al compás de ese pasodoble de organdí y aroma a naranjos que escribiera el
poeta de la geografía musical española, el maestros Agustín Lara y cuya obra título ‘Valencia’:
Valencia
mía de los olivos
pétalo
que cubre de sangre y de seda
Mi
suelo español…
Imaginemos ese correr la mano de seda y nardos desde Texcoco hasta
Valencia y que tal pensar en ‘La Poncina’ acariciada por las notas de la
Orquesta Clásica de México del maestro Carlos Esteva, que tan amigo es de Don
Fernando Marco Sirvent.
¡Ah! y solo decir que la historia del Estado de México con el rey
Netzahualcóyotl y el príncipe Silverio Pérez, incluye un palacio que lo es; el de Cinco Villas.
Volviendo al comienzo de esta columna que lo hicimos con el juguetear de las neuronas, decir que
por allá este escribano sostuvo una plática
con Don Jorge Espinosa de los Monteros, quien aparte de poseer ese apellido
heráldico de alta solvencia ha presidido a los bibliófilos tricolores y conduce
en la capital de la Ciudad de México, un programa dominguero que en la radio es
el de mayor tradición, Don Jorge decía -el
Bardo tiene la culpa de todo lo que pasa…-
y de ahí engarzaba el tema Plaza México y decía algo así; como que la empresa ya tiene
la experiencia de haber dado dos temporadas una chica y una grande y que ahora
lo justo sería darle el beneficio de la duda o la esperanza de que el porvenir
pinte con éxito.
Expuestos sus deseos cuestiona a esta pluma, sobre el tema
inmediato que lo es el de la temporada novilleril, mi menda sin más no ve más
de lo que se hizo la pasada temporada de lluvias y la de fríos de las que
informamos a España y que sin meterle plomo al rasero en el balance quedo como
bomba de gasolina debiendo litros completos y es que en primer lugar aceptar
que van a mejor nunca será lo correcto, hablando específicamente de las
novilladas pues se mejora cuando se hizo algo bien y se desea o pretende hacer
lo que sigue todavía mejor, lo cual no es el caso, aquí lo preciso es decir que
la empresa tratara supuestamente de
corregir lo que no les salió a pedir de
turrón.
Solo unas precisiones
ligeras y a la vez de peso sin las cuales en lugar de que el pasodoble anuncie
el festejo, van a tener que anunciar ‘abrochen los cinturones’. Ya ‘Chabelo en
familia’ paso de moda y los novilleros que torean sin equinos y a los que los
acompañan, eso de salir y ver una plaza vacía les puede provocar dos
sensaciones; una que no sientan ningún tipo de presión pues es como torear en
el garaje de su casa o la otra es que el corazón se les arrugue como pasita de
tanta tristeza por la soledad en los tendidos.
Empresa reflexionen el horario de lluvias que fue y va seguir siendo su mayor enemigo, no
se pongan de pechito y menos se encaprichen con la hora tradicional en eso de
dar festejos y menos los menores, por la tarde sobre las cuatro ya no funcionan,
no le demos vuelta las doce del día es la indicada y de todas maneras a cruzar
los dedos, en novilladas un solo boleto general para adultos a precio modesto
de la fila uno de barrera a la 23 de tendido con una advertencia que quien
tenga un derecho de apartado se podrá presentar en su lugar y con solo exhibir
su tarjeta podrá ocupar ese lugar lo cual no va a ocurrir ni en el 99 % de los
casos… sin esas modificaciones será dificilísimo se registren entradas por arriba
de las del año anterior, que fueron paupérrimas.
Al final de la temporada
Espinosa de los Monteros volverá a decir -El Bardo tiene la culpa, de todo lo
que pasa-’
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