¡Caramba de
carambolas! si en algún pellejo no quisiera estar, es en el de quienes andan en
el intento de revivir a la setentona de concreto, que todavía se llama Plaza
México y cuyos empresarios sin que ellos lo sepan en ese menjurje al que la
tecnología llama chats, el chacuaco anda aventándoles candela, porque los promotores no han tenido una
atención con los taurinos y que se reduce a un breve comunicado a través de
todos los medios en donde se diga más o menos ‘Se notifica a la afición taurina que
la empresa está en proceso de dar a conocer la fecha y pormenores de la
temporada de novilladas, atentamente…’ repito es una mera atención, con lo que
se evitaría ese sentir de que a los aficionados, ni un lazo se les hecha.
Y a los taurinos que
nos inquieren, decirles que hasta donde se sabe no existe ninguna regulación de
gobierno que estipule que la promotora en curso tenga que plegarse a dar
témporas durante meses predeterminados,
por otro lado siempre he sostenido que estamos ante un negocio (con sus
excepciones) llamado Fiesta Brava y en
el caso que nos ocupa también lo he dicho que desde que no hay novilleros redituables, la
temporada se convierte en una inversión, tendiente a solventar un trámite
previo al canje y/o venta de los
Derechos de Apartado lo que le significa a la empresa la miel pa’ pagarle al
casero.
Entre las
enardecidas opiniones se alzan las que dicen que se han perdido meses viables y
productivos pa’ sacar novilleros lo que nos conlleva a varios cuestionamientos,
el primero ¿dónde están esa cantidad novilleros avanzados pa’ el guiso de
liebre? Y es que seamos sinceros a la gente de la CDMX no le interesa ver principiantes,
ni novilleros del montón sino que solo aceptara a los punteros, a los muy
cuajados o a los novedosos que realmente sean capaces de sorprender al
incrédulo público en que está convertida ‘la mula que no era arisca’.
Solo una idea en el sentido de que la empresa organice
matinés taurinas sin caballos los
sábados 11. a. m. y con caballos los domingos
12 p. m. Son tiempos en que los
cambios, buscando el atractivo, se deben aterrizar pues en una de esas y
resulta, máxime que ya se sabe que la fórmula tradicional de las 4 de la tarde,
el año pasado no funciono ¿entonces porque insistir en ella? máxime que la
temporada de aguas pinta pa’ inclemente.
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