Arte Fco. Álvarez (en venta)
El domingo al doblar
el ultimo novillo en la Plaza México al que un pariente del charro de Huentitán, Alejandro Fernández,
solfeo sabroso y luego trato de matar con
una sobredosis de ternura, se me
perdió la mirada en la inmensidad del graderío de los generales el que desde
hace décadas se ha convertido en soledad, abandono, desuso, fealdad, e imaginé que ahora que el inmueble va a estar cerrado
largos meses en los que las demoledoras convertirán en cascajo a su compañero
el Estadio Azul, pues en una de esas, las piquetas y las manos de
chango le dan su rasurada al copete de concreto en aras de una remodelación que
tarde o temprano se tendrá que hacer de toda la plaza, volviéndola funcional,
atractiva para los espectáculos bajo techo, con su ruedo de arena sintética (Tartán)
y burladeros de absorción de impactos incluso a prueba de subalternos, y es que
mientras no sea redituable como negocio
pa’ los propietarios que ahorita la rentan como elefante blanco y pa’ los promotores
que no le sacan todo el jugo por diversas razones sería iluso pensar que se van
a ocupar de ella en todos los sentidos.
Son tiempos de la modernidad, de la
funcionalidad, de las adecuaciones apoyados desde luego en la tecnología, más
pareciese que la fiesta se quedó pasmada hace años, comenzando por su
reglamentación que en mucho tiene que ver, con que la gente no quiera ver que los excesos con las espadas se alarguen en
demasía, la muerte del toro es parte de la fiesta, pero con calidad, no con cantidad
de pinchazos solapados por el reglamento, hay que ver por la fiesta espectáculo… nada
más nos avisan como una atención cuando vaya a arrancar la obra, y apúrense! Porque
no vaya a ser que ya saben quién, detenga la construcción y convierta la Plaza México
en la plaza morena pa’ que se asolen los holgazanes que va a mantener haciendo
caravana ajena con un dinero que ni el país tiene.
Y hablando de espectáculos
se cerró el serial campechano de vacas y
novillos el que entre otras cosas dejó la duda del ¿Por qué no se incluyó en
los festejos de elegidos a dos toreros que dan espectáculo?, ¿será porque el
toreo de Rodrigo Cepeda y del ‘Cozumel’ es heterodoxo?, y en cambio favorecieron
a un migrante ecuatoriano, no lo entiendo, primero los de afuera que los de
casa, lo cual si lo entendería si se tratase de un torero interesante, pero el
que le quito un puesto a los compatriotas no enseño nada más, que no tengan los
maletillas que andan buscando un pitón
en su patria.
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