Arte Francisco Álvarez
Por Bardo de la Taurina
Se dice Que las plazas de toros son templos de democracia porque en ellas caben todas las
manifestaciones, una de esas expresiones son los nombres con que los ganaderos bautizan
a sus toros que los ha habido como en botica, unos heredados del semental o de la hembra que los pario,
otros acordes con algo a recordar o a conmemorar, algunos alusivos a las pintas del burel, los hay a
los que se les nombra en recuerdo de algún ser allegado o admirado por el criador, sin que falten los ocurrentes y otros
como paso el domingo en la Plaza México que se usó a ciertos novillos pa’
propagandear a un candidato falazmente mesiánico, ‘Izquierda de oro’ decía la
propaganda en la pizarra lo cual de entrada ya era inconsistente pues en México
todos saben que no existe la izquierda y muchísimo menos de oro, ni que fuera
la de Lorenzo Garza.
Don Armando Guadiana
ganadero y minero, que también es
candidato al senado, ha luchado en defensa de la fiesta brava en su estado que lo es
Coahuila y eso es de reconocérsele, más tampoco le daré carrete a la cuadrilla
a la que pertenece, porque de resultar cierto lo que me informaron que fue publicado en el sitio web ‘animaleros con morena’, sobre la
animadversión taurina del perene
inconforme, pues que incoherente que uno de sus adeptos se manifieste a través
de los toros en una plaza, lo
reconfortante es que, ya saben quién,
tiene muy cerca de él tiene a un
personaje coherente, destacado, reconocido, respetado y admirado en el
ámbito nacional y subrayadamente dentro
de la Fiesta Brava, me estoy refiriendo al Ing. Javier Jiménez Espriú pilar de la ‘Peña Taurina Los de Armillita,
Garza y Silverio’.
Y decir que en el supuesto que el tabasqueño y la que sería su brazo operador
en la CDMX tomen posesión, Don Javier va a ser clave para influir en ellos pa’ detener a los tigres asambleístas que son
quienes pueden meterle un zarpazo mortal a las corridas, por lo que sería beneficioso
que el Ing. Jiménez Espriú, si el asunto
del aeropuerto del que también es bujía se lo permitiese encontrase un tiempecito pa’ proponer desde
ahora la nueva Comisión Taurina de la
Ciudad de México, porque si la fiesta se salva en la asamblea tendrá que ser
regulada de acuerdo a lo que exigen los tiempos presentes y del porvenir, y es que si no, de
todas manera la fiesta moriría, a manos de más de lo mismo, cuando lo que se
necesita es bravura en los toros y enjundia en los toreros, ese debe de ser el
postulado de la fiesta.
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