miércoles, 4 de abril de 2018

LA FIESTA DE LA DEMOCRACIA


      Arte Francisco Álvarez
Por Bardo de la Taurina
Se dice Que las plazas de toros son templos de  democracia porque en ellas caben todas las manifestaciones, una de esas expresiones  son los nombres con que los ganaderos bautizan a sus toros que los ha habido como en botica, unos  heredados  del semental o de la hembra que los pario, otros acordes con algo a recordar o a conmemorar, algunos  alusivos a las pintas del burel, los hay a los que se les nombra en recuerdo de algún ser allegado o admirado por el   criador, sin que falten los ocurrentes y otros como paso el domingo en la Plaza México que se usó a ciertos novillos pa’ propagandear a un candidato falazmente mesiánico, ‘Izquierda de oro’ decía la propaganda en la pizarra lo cual de entrada ya era inconsistente pues en México todos saben que no existe la izquierda y muchísimo menos de oro, ni que fuera la de Lorenzo Garza.

Don Armando Guadiana  ganadero y minero, que también es candidato al senado, ha luchado en defensa  de la fiesta brava en su estado que lo es Coahuila y eso es de reconocérsele, más tampoco le daré carrete a la cuadrilla a la que pertenece, porque de resultar cierto lo que me  informaron que fue publicado en el sitio web  ‘animaleros con morena’, sobre la animadversión  taurina del perene inconforme,  pues que incoherente  que uno de sus adeptos se manifieste a través de los toros en una plaza,   lo reconfortante es que, ya saben quién, tiene muy cerca de él tiene a un  personaje coherente, destacado, reconocido, respetado y admirado en el ámbito nacional y  subrayadamente dentro de la Fiesta Brava, me estoy refiriendo  al Ing. Javier Jiménez Espriú  pilar de la ‘Peña Taurina Los de Armillita, Garza y Silverio’.

Y  decir que en el supuesto  que el tabasqueño y la que sería su brazo operador en la CDMX tomen posesión, Don Javier va a ser clave para influir en ellos pa’  detener a los tigres asambleístas que son quienes pueden meterle un zarpazo mortal a las corridas, por  lo que  sería  beneficioso que el  Ing. Jiménez Espriú, si el asunto del aeropuerto del que también es bujía se lo permitiese  encontrase un tiempecito pa’ proponer desde ahora  la nueva Comisión Taurina de la Ciudad de México, porque si la fiesta se salva en la asamblea tendrá que ser regulada de acuerdo a lo que exigen los tiempos  presentes y del porvenir, y es que si no, de todas manera la fiesta moriría, a manos de más de lo mismo, cuando lo que se necesita es bravura en los toros y enjundia en los toreros, ese debe de ser el postulado de la fiesta.




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