México y Anexas…
Las Bardianas
Después de haber sufrido la decepción ‘Lupiteana’ que
se convirtió en drama, el desencanto de la ‘ROMA’ de Alfonso Cuarón,
pues claro que resultó un agasajo llegarle al salón taurino de la Cantina Salón
España, así que como dicen con eso tenemos de chile, de
dulce y de manteca y hasta de hiel y de muina, pa’ sumir las teclas, y es que
ahora sí, la gente que asistió al barquillo de naftalina, que eso no
es lo más grave sino pa’ lo que está siendo usado y más patético aún
es, que se les esté permitiendo a los hacedores del negocio y todavía más pior es
el que seguirá sucediendo mientras los gobiernos, funcionarios, autoridades y
aficionados, se lo permitan.
La Fiesta Brava de alguna manera, es un reflejo de lo que pasa
con la sociedad, la que no ha ‘comprendido’ que este país es el
botín más codiciado que existe sobre la Madre Naturaleza, para
los llamados políticos que si son una estirpe de la naturaleza pues se
camuflajean con las diferentes corazas de tal forma que hasta los camaleones
han aprendido de ellos.
Pero vayamos a los residuos de la ‘Lupiteana’, no
sin antes en forma seria, formal y respetuosa, rogarle a usted leer la
imperdible columna ‘¿La Fiesta en Paz? Taurinos guadalupanos pero
descreídos’ de la autoría del periodista independiente Leonardo Páez
lo cual es un baluarte, la encuentran en el periódico La Jornada, impresa o
digital del domingo 16 de diciembre o en ‘desolysombra.com’
En lo que fue el agujero de las ladrilleras de Guadalupe, socavón
enorme a donde están enterrando la tradición de la bravura, el trapío y las
broncas, lo que más que una tristeza es una decepción, pues el que “Morante de
la Puebla” haya dejado pasar la oportunidad de equipararse por una tarde, con
el matador Lorenzo Garza “El Ave de las Tempestades” es imperdonable, pudo
haber encendido y echar rodar la desmoronada plaza siendo esa tarde
co-estelar junto con una res puberta, de la mayor bronca de las últimas décadas
y no lo hizo, ¿por qué?, seguramente por esa liga de contrataciones
a la que esta cómodamente ligado en el pantano de la promiscuidad, donde le
permiten que un torero gigantesco, majestuoso, icónico, retoce sabiendo que
está siendo usado pa’ lucrar y estafar a la gente, ¡Qué pena! José Antonio
Morante, usted pudo haber sido el protagonista de la Nota Roja la que a ocho
columnas dijera; ‘Voló envuelto en llamas el reloj monumental de la Plaza
México, las barreras coloradas anti almorranas fueron desprendidas y
dejadas listas pa’ el kilo, los fifís pasaron las de Caín al
tragar pa’ dentro mientras esperaban en los túneles para
librarse y abandonar aquel infierno en que se había convertido el
graderío, no podían salir los “Pirrurris”, ¿por qué?, porque primero
los pobres, pero no torero, pa’ eso no tiene usted los tamaños de “El
Magnífico”.
Pero vayamos con lo primero que fue la impresión de ver
garabateados horrorosísimamente las tablas con pintura negra achapopoteada,
¿Qué paso?, en cualquier COMEX le hubieran dicho que si querían
fondear las tablas lo hicieran con base blanca o le metieran aguarrás a la
madera la rasparan y entonces si ya se la dejan preparada al pintor de la
brocha gorda, bueno quiero pensar que por las prisas no alcanzaron a pasarle el
rodillo, o tal vez la pintura simplemente se les chorreo.
Luego esa vegetación, floración o como se diga con la que
parcharon los burladeros a la que los animales lo primero que
hicieron fue desbaratarla en señal de protesta, pues lo de su paladar es la
alfalfa, el rastrojo, la hierba no los claveles señores, que además si la
fiesta era ‘Lupiteana’ lo que se antojaban eran rosas
de suave fragancia, hay que tener un menú que vaya con los
gustos de los comensales.
Después el divo, el ídolo peruano y los aztecas vestidos de
focos valiéndoles madre el respeto a la gente que dejaron ya con el
zaguán abierto, esperando diez minutos ¡qué poca…! y el señor
autoridad se tragó una multa que le debió de haber plantado a cada coletudo en
la cartera.
En un momento y quien sabe de dónde se empezó a escuchar un
cántico que medio adivinaba la gente era en honor de una “Lupita” vaya usted a
saber si se trataba de que la calandria cantara, pos mejor se
hubieran traído a la Edith Márquez, ¿Qué no sé, si es virgencita? Pero que
tiene una voz milagrosa ni hablar, y si no que lo diga “El Canelo” que ya ven
como lo prendió ayer en los Nuevayores, donde
también le echaron un reserva flaco deshuesado, sin trapío, descastado, bueno
como sería el cántico sacro ese de la virgencita que el mismísimo
Sergio Flores no se tomó ni la molestia de destocarse…ni yo tampoco.
Una más, parecía al principio que la empresa había decidido
que la corrida fluyera desde su inicio sin interrupciones, ni dilataciones del
levantamiento y limpieza de los tapetes florales naturales o sintéticos, a la
que se sumaba el retraso que provoca las presencias de
personas que bajaban al ruedo enarbolando cualquier causa o
razón, por un momento se pensó que eso había sido subsanado, más no fue
así, cuando la propia empresa pone el desorden sacando al
ruedo a una caterva de desconocidos, en un acto sacado de la manga.
Sobre la estrategia de no televisar la corrida la jugada les
salió pintada para engordar las alforjas y no nos ocupemos de a cuánta gente en
la provincia privaron de ver un espectáculo, que lo que más necesita, es
difusión, que bien claro nos queda que esto es un negocio, no una Fiesta, ni
menos un resguardo de las tradiciones, aunque pensándolo bien sus dos soportes
económicos grupo GNP y Palacio de Hierro, pudieron soportar el costo de
trasmitir solo en provincia.
Y la de los boletos, creo que esa si va contra el pregonar
del nuevo señor empresario del Palacio, no de Hierro, sino del de cristal
transparente, en el que dice que las cosas deben de ser limpias y entonces cómo
explicar que a los señores que estaban junto a mis amigos les vendieron
doblemente el mismo lugar y las pruebas de ello constan en la fotografía de la
duplicidad de boletos que aparece en charlasdeltupinamba.blogspot.com, ahí sí
no extiendo más comentarios porque esto es del resorte del SAT y se suma a otro
hecho anómalo como el de expender boletos cobrados que vienen con la leyenda de
‘Cortesía prohibida su venta’ bajo el sistema Ticketmaster. ¡Aguas Empresa!,
porque grandes consorcios y grandes personajes su debacle ha
empezado con problemas hacendarios.
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