Por
Bardo de la Taurina
En este negocio llamado ‘Orgía de Toros y
Toreros’, donde los poderosos se imponen a sus anchas, en una fiesta que no ha
cambiado mucho desde el siglo pasado y de la cual debería de estar soportada por los ganaderos éticos y por
los toreros mandones, el tema da pa’ mucho
y por ello hace unos días le preguntaba a uno de esos seres extraños,
por lo limitado de la especie que con la pluma tienen credibilidad pa’ dar y prestar
que lo es Don Leonardo Páez ¿Qué pasa?, ¿por qué la gente ya no va a la plaza
más grandota del mundo? que lo es la México, si antes con toros que no siempre
eran un dechado de kilos y trapío y toreros muy similares a los de hoy, ¿Por
qué la gente si iba? Quien se autonombra ‘El Hijo del hombre’ me contestó - ‘La
razón por la que antes la gente si asistía, es porque los toros de cualquier
tamaño venían cargados de bravura y los toreros de personalidad’
Compre la razón, me
quede con ella y así entre fríos violentos fui cargándome de ilusiones,
esperando la fecha del 17 de enero, en la que por cuestiones de lógica el
‘Embudo de concreto’ se retacaría pues vendría un torero bendecido con el don
de la personalidad, José Antonio Morante
de la Puebla, con una corrida ‘escogida’. Todo estaba dado, esto en el sentido de que como por obra y
gracia de la naturaleza, el frio se esfumo a su mínima expresión, dentro claro,
de las temperaturas de un invierno capitalino.
De repente a través
de una línea confidencial que éste escribano tiene con un bunker electrónico, en el
que se hayan conectados tres de los más grandes, confiables exponentes de la
‘Orgía de Toros y Toreros’ como lo son Don Luis Cuesta Perrusquia, el Lic.
Eduardo Maya Lora y José González
‘Er’niño de Iztacalco’ me entere que la
corrida era una novillada además ‘cariavacada’,
luego ‘Er’ Niño’ con esa su voz timbrada diría
-La corrida viene como lo que se manda a México, tres con cabeza y otros
tres ‘pos’ pa’ el acomplete-.
Ah! y eso sí, concientizarse que en el mano a
mano que broto de la erupción de ayer y que se dará en su tierra frente al torero de moda, tiene que llenar el
costal de orejas sin que falte un rabo, pues a cómo están las cosas un campanazo
lo pone en Sevilla.
El encierro de Teófilo
Gómez no guapo, si flojo y algunos canijos,
pues uno, engaño al juez en el sorteo y otro en el ruedo.
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