miércoles, 23 de marzo de 2016

LO NO SANTO DE SEMANA SANTA

TOROS Y CATEDRAL

En el libro ‘Centro Histórico, Charlas Inéditas de ayer y hoy…’ que será presentado el 16 de abril en la Plaza del Seminario frente al Sagrario Metropolitano  bajo la divisa del empresario también Dr., el Dr. León Bailón Urioste, el del hierro de la Distribuidora y Librerías Tauro, nos enteraremos que en  1526 o sea a cinco años después de que los hombres rubios y barbados habían llegado al territorio de la aguilucha y la culebra, tras abrir la Puerta Grande en la plaza de Las Higueras, pa’ celebrarlo, mando construir una plaza de toros, frente a su casa que era donde hoy funciona el que le hace el avío a todas las cuadrillas, el Monte de Piedad, o sea el albero  quedo instalado en el sitio en que hoy se halla La Catedral Metropolitana, este dato histórico y relevante nos fue confirmado en el mismísimo lugar  por el  erudito Don Carlos Lorenzo Hinzpeter quien enfatizo  que el coso fue bautizado como ‘La Plaza del Voladero’ y cómo ‘Leer es vivir aprendiendo’ el  miembro de los Bibliófilos Taurinos de México informa que será presentada pasada la Semana Mayor la obra ‘El Toreo entre libros’,   la cual está conformada por 35 comentarios de los propios bibliófilos, esto ocurrirá el 5 de abril en el Foro Cultural Chapultepec.

TERNOS Y CASULLAS


 Uno de los temas que paradójicamente causan polémica, es el que va del atractivo terno de luces a la casulla, vestimentas éstas, que usan los toreros para oficiar en la plaza de toros y los prelados en la iglesia, ¿por qué estas prendas, que dicho sea son primorosas, causan admiración en lo taurino  e inconformidad en lo religioso?, sí, en el caso de los que usan los toreros, la respuesta la hallaríamos en que las que usan los matadores  son aceptadas, admiradas y hasta exigidas. Esto obedece entre otras cosas a que en la mayoría de los casos son adquiridas mediante   el trueque de exponer la vida, jugársela literalmente a riesgo de salir heridos y hasta muertos en ocasiones, mientras que las que se ponen los presbíteros son adquiridas con la lana y no de los borregos, sino de limosnas que los clérigos de las iglesias se las ingenian para ordeñárselas a los feligreses y esto hay que reconocerlo, aunque no faltará quien nos salga con el camelo de que las limosnas son voluntarias y puede que así haya sido en un principio, pero lo que se hace costumbre termina por ser casi imposición,  eso sí hay que reconocer lo hermoso que lucen las vestimentas de los oficiantes, lo mismo de los de las monteras, que los de los solideos y entre esos atuendos destacar los confeccionados  en telas color obispo y recamados con hilos de oro  y que decir de las vestimentas en rojo cardenal  bordados en plata o los ternos ajustados u holgados en seda Macarena y áureos bordados, sin olvidarnos del sobrio nazareno y luto, ¡que viva la elegancia!, y mientras más opulenta mejor. ¡Que caray! Lo que sí hay que decir que no lucen igual Ponce que Norberto y es que como en todo, en la belleza y en las clases sociales, hay niveles.
 

 
LA CRUZ Y EL DEMONIO
Y siguiendo con el mano a mano entre los toreros y los confesores, encontraremos algunas aristas que podrían ir al alimón verbo y gracia, la Espada con la Cruz pues en la tauromaquia a la suerte suprema también se le conoce como hacer la cruz, luego la Fiesta Brava así se denomina por los toros bravos y de cuernos dignos, mientras que en el catolicismo se atemoriza con una figura mitológica que la pintan con cuernos y hasta le ponen un largo rabo como los que los toreos cortan en tardes triunfales, y ya que andamos en esa temática como no recordar que uno de los más grandes dioses de la torería paradójicamente lo fue un ‘Demonio de Pasiones’  y como anillo papal nos viene subrayar que es de todos los feligreses sabido que en la fiesta torera un de los personajes mayores lo es un ‘Satanás’. ¡Alabado sea el Santísimo!


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