México y anexas… las Bardianas
México es un país donde a flor de mata brota la desinformación, el olvido y la ignorancia y
si no, ¿cómo entender?, que estando en la Feria de Texcoco se arrancó la redova con eso que dice; “Silverio
Torero estrella, el ‘príncipe milagro’,
de la fiesta más bella...” y como de
rayo un jovencito pescó de la cintura a su acompañante y a darle al pasodoble
con todo y arrimón, al terminar el último acorde le pregunté al jovenazo, ¿Qué
tal el “Silverio”? -Chido- , ¿Te
emociona escuchar “Silverio”?, -¡A huevo!-, ¿Y qué opinas de Silverio?, -Un compositor chingón, es un rolón pa’ bailarlo donde sea-, ¿Sabes que la Plaza se llama Silverio Pérez?,
-¡Ah Chinga!- ¿Van a ir?, -No pa’ el palenque, no alcanza la lana.-
Y entonces me puse a
pensar en la importancia que tiene el que a las generaciones nuevas no les pase desapercibida la historia de este país, en donde los toros y los toreros prendieron
hasta lo que hoy llamamos fiesta a la
mexicana. (¿Y cómo habrá que llamarle ahora a un San Isidro madrileño regido
por un francés, donde mandara un peruano?)
Me
quede pensando en el chavalín ese que
e en su mente y en su ritmo trae a
Silverio Pérez, como un compositor chingón,
entonces me cuestione ¿sería peor que no supiera que existió Silverio
Pérez?, aunque no sepa que fue una figura taurina y también dentro de la
política local y que más allá de eso donde se le recuerda con fuerza es en el
ámbito populachero y en el social, donde
todos estos años ha estado vigente gracias a que en cualquier fiesta, lo mismo
sea en un salón pomadoso como las bodas que se celebran en el Casino Español,
por cierto ubicado en la calle de Isabel la Católica, que en un quinto patio en
Tepito donde la hija de la portera de la vecindad cumple quince años, en una noche
de gala como las amenizadas por la Orquesta Clásica de México que se realizan
en la Hacienda de los Morales o en pasillos de la Feria de Texcoco, se escucha el pasodoble “Silverio” de la
autoría del inconmensurable músico poeta Agustín Lara el del schotis “Madrid” y
compositor además de muchos pasodobles de piezas como “Granada”, “Sevilla”, “Toledo”, “Navarra”,
“Murcia”, “Valencia”, etc.
Y bueno esto viene
porque Texcoco y Silverio siempre serán cielo y nubes inseparables, más también
lo serán la ganadería de Pastejé que lidió este domingo precisamente en la
Plaza Silverio Pérez, dentro del marco de la feria, más lo que es de llamar la
atención es el hecho que durante la semana y hasta donde yo vi y leí, la empresa y los medios no homologaran a Silverio con los toros de Pastejé,
siendo que de esa casa ganadera fue de donde emergió el legendario “Tanguito”
(Murube y vaca mexicana) que fue el toro consagratorio por antonomasia del
torero “Azteca y Español” , del que solo bastaría con recordar que una vez que
“Tanguito” se pegó una vuelta de campana más grande que “La Gorda” de la Catedral de Toledo, desarrolló todos los atributos de un toro
bravo, hasta ser lidiado orgásmicamente
por Silverio, al que la gente le hizo circundar el anillo del Toreo de la
Condesa unas ocho o diez veces. (31 - 01 - 1943)
Previo a esa tarde uno de los ganaderos de Pastejé Don Eduardo N.
Iturbide del linaje, convidó a la actriz
de moda Dolores del Río, pa’ que
bautizara los toros de ese encierro entre los que venía “Tanguito”
además de “Andaluz”, “Rondador”, “Bullanguero”, “Clarinero” y “Jareto” y más aún fue la propia Lolita del Río la que en ‘El Patio’ premio
la faena de Silverio como la mejor de la temporada en una noche de estrellas y champagne, de lujo
y bouquet, este hecho forma parte de la fama que alcanzaría el pasodoble
“Silverio” mucha de la cual en los sectores de la High Socia lité y la farándula se debió a que por esos días en
el mundo de las luminarias y la pantalla de plata se libraba una férrea disputa
por saber quién sería designada la película y la estrella del año de la época
dorada del cine nacional, lo que significaba todo un gran acontecimiento.
La disputa fue un
mano a mano entre “Flor Silvestre” con Dolores del Río y “Doña Bárbara”
estelarizada por María Félix, la distinción
se fue a la casona de “La Escondida”
donde vivía Dolores del Río, en Coyoacán, pero la cosa no paro ahí en aquel
entonces Agustín Lara y María Félix se pretendían mutuamente, por lo que el pasodoble no recibía al
principio el carrete que se esperaba por parte del compositor, pues María y
Dolores habían quedado confrontadas y dada
la liga de la duranguense con el ganadero Iturbide que era descendiente del
Primer Emperador de México se volvió costumbre que cuando Dolores del Río
entraba a cualquier lugar la orquesta, la banda, el pianista, el guitarrista
interrumpían lo que estuviesen tocando y le dedicaban “Silverio”, esto amén de
que Lola gustaba rematar las noches
de música y copas en “Las Veladoras”
de Santa, pa’ luego hacer una escala en los legendarios “Caldos de Indianilla” en donde
el trovador de banqueta la recibía
y la despedía a pie de coche con los acordes de “Silverio”, esto llegó a oídos de
la sonorense como leña a la hoguera.
En fin tanta
historia ha pasado por debajo del puente hasta llegar a hoy donde un torero con
las dos sangres azteca y española Ernesto Javier Tapia “El Calita”, dio un pasodoble ante los de Pastejé en busca de
ese sello personal que lo podría llevar a buen puerto ya que cuenta con lo imprescindible
pa’ ello que es la percha, a la que suma en sus faenas unos altos dignos de reconocerle como lo hicieron en Texcoco con par de peludas, en lo que fue todo en la tarde,
pues el español Juan Ortega al que trataron de imbuirlo en el espíritu y el
sabor ‘Silveriano’, le llevaron su manta de bienvenida al coso, todo pa’ que se
ahorrara la llamada a casa porque no tuvo nada que decir, previo a que Fabián Barba les abriera la tarde.
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