jueves, 12 de septiembre de 2019

Un Torero consejero del Presidente


BARDO DE LA TAURINA

 Para los sibaritas de lo gourmet, en el rango de lo popular, lo mejor se paladea en las tradicionales fonditas de los mercados y una de las concurridas es la que está en Portales lugar en el que fue a palmarse hace  muchos años atrás “Don Dificultades” ogro que dejó su calle de Pino buscando las tablas y por acá las encontró, ¡Ay! luego me brinco las trancas del tiempo y hablo de los personajes como si todos los hubiéramos conocido, incluso a los que fueron leyendas grandes como Don José Jiménez  Latapí, quién tal vez en el rango del periodismo de las cuernas y las cogidas, ha sido el más influyente de este país azteca en el que llegó apoderar al mítico novillero español oriundo de Noceda de Curueño que es provincia Leonesa, Laurentino López  “Joselillo”, quien apenas en el despertar de la hoy moribunda Plaza México, salió con un agujerote que le hizo el novillo renegrido “Ovaciones” de Santín, pa’ palmarse a unas cuadras de ahí en el hospital de los toreros cuando corría el 14 de octubre el año de 1947, largo el trance hospitalario pues la cornada había ocurrido el 18 de septiembre.

También ahí en Portales vivía y viví en encuentros  a Carlos Monsiváis y que coincidencias, los dos ,“Don Difi” y “Monchi” tenían un amor desmedido y apasionados por los gatos, que no por las felinas pues nunca los vi por el California Dancing Club, que es el orgullo del barrio, pa’ lucir las caderas y los encantos en puntas, al son de las mejores orquestas, danzoneras y hoy grupos ruidosos, eso sí sudorosos, llenos de lentejuelas y más apoyados en la tecnología de las mezcladoras de sonidos computarizados que en el talento musical.

 Monsiváis quién era asiduo al tiradero de chácharas y fierros viejos nos recuerda Magia reposa polvosamente dentro de una urna en forma de gato de barro, que es toda una obra de arte hecha artesanalmente por el artista de moda hoy en día el activista Francisco Toledo y a la que llamó la Gaturna la cual puede ser admirada en el Museo del Estanquillo, que se encuentra en una esquina altamente significativa por varias razones, la primera es que en tiempo del Porfiriato a esa  calle se le puso el nombre de Isabel la Católica la cual  ahora que se anda tratando de acabar con las tradiciones, ojala no le vayan a truquear el nombre por el de “Paquita la del barrio”, y otro acontecimiento trascendental lo fue que ahí “Pancho Villa” descolgó la plata urbana que decía  calle de Plateros y desde entonces se llama Madero.
              

Bueno ya enfilados por ahí llegamos a  Librería Tauro, (Justo Sierra # 30) de la cual salimos con un libro bajo el brazo que hoy se hace referente al tema que hoy la Fiesta va a la baja, el libro se llama ´Ultima noche en Palacio´ de la autoría de Manuel Gomezperalta Damirón editado por Ediciones B México S. A. de C. V. en el año del 2016, el libro versa sobre diversas charlas que el autor sostuvo durante las veces que estuvo presente en las ceremonias que en el seno de lo que fue la antigua Casa del huey tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, antes de la conquista, en esos eventos fastuosos el autor en su calidad de político de alta graduación estuvo en una de esas noches de Independencia en la pag. 159 cito un pasaje que debió de haber ocurrido antes del año de 1995, es decir unos veinticinco años   –Pasa a nuestro lado un hombre de rostro moreno y cabellera encanecida, -¡Matador!, -Gran Torero- ¿no lo recuerdas?, “El Berrendito de San Juan”, ¿Qué hace aquí?, -a veces invitan gente del cine…-, -él fue una figura-, ese Matador de Toros, hizo su historia, una historia que habla del espectáculo que lleva el miedo y también del espectáculo del llamado arte de vestido de luces, quedarse quieto y desdeñar el riesgo, -Nunca lo vi-, -Los toreros, lo sabes, pronto serán del pasado. Las nuevas generaciones nada quieren saber de toros  y toreros y de sangre de unos y otros en el ruedo. Antes eran figuras populares, consentidas, bueno ¿qué te digo?, hasta hubo un torero que fue convertido en consejero de un Presidente de la República, Joaquín Rodríguez “Cagancho”, (Era español, era sevillano, era gitano, era amigo de millonarios, era tal vez el más guapo de todos los que hemos visto) el Presidente ordenó que le enviaran su sueldo a su casa para librarlo de sus apuros económicos en que andaba, resultado de la bohemia, las parrandas, y el desprendimiento de todo.

¿Qué había de malo que un presidente tuviera a un torero, como consejero? Y lo que son las cosas, hoy el Presidente le rehúye al tema de los toros, y a su conveniencia, quiere que sea el pueblo el que le meta la puntilla, pero eso sí, él tiene su redil, lleno de puros güeyes

¿O qué opina usted de lo que acaba de vomitar el tal “Pancho Valentino”? El que da asco pero más que por sus pendejadas por saberlo que sólo está cumpliendo órdenes de alguien, ¿de quién serán?  Y pido perdón porque se me olvidaba que en esto del baseball, que es el juego oficial, el lanzar la bola y esconder la mano es parte de la táctica.  

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