El domingo pasado dieron un festejo en una de las plazas de la
capital en la más grande ¿y qué pasó?, pues lo que tenía que pasar, que los
novillos llegaron muy puntualmente aunque los escondieron durante la semana pa’
que no los vieran las redes sociales ¿por qué?, pues además casi todos se
portaron bien, los novilleros llegaron muy bien vestiditos y la mayoría se
portaron bien ¿y el público?, pues no llegó, lo cual quiere decir que la tarde
se dio como se esperaba, más la pregunta es; ¿Por qué no fue la gente?, primero
ya sabemos que los aficionados están divorciados de la empresa y una forma de
demostrar su molestia pues es no yendo a las gradas, otra razón muy simple
aunque no se crea es el hecho de que por
naturaleza somos ‘contreritas’ y la afición está hasta la coronilla de que un grupito de comunicadores, que sea o
no cierto, los tienen ligados con la empresa y que a lo mejor lo hacen de mutuo
propio por quedar bien con la promotora, no han parado de atosigar, acatarrar, aburrir,
hartar a la gente, peor que de los que nos marcan a diario de los bancos pa’
ofrecer tarjetas de créditos, de las compañías telefónicas, de las ventas
nocturnas, de las encuestas políticas.
Con esa cantaletas
de ¡Vamos a las plazas de toros!, ¡llenemos la plazas de toros!, ¡eres buen
aficionado, ve a la plaza!, ¡defendamos a la fiesta yendo a las plazas de
toros!, ¡Que jeringar! ¡Frénelos ya, empresa! y entonces va a ver que cuando se
deje de arrear a la gente, algunos van a volver a las plazas.
Más no nos engañemos la única fórmula pa’ hacer
que la gente regrese al tendido, es que salga un novillero hambriento que se
enrede con los novillos, les ponga la panza, los ojos, la vida misma y a mordidas
les arranque las cuatro orejas y las dos
colas y que otro escuincle se pase por el arco del triunfo, el triunfo del
compañero y repita la dosis con su sello personal y entonces el público solito
sin megáfonos va a volver a la plaza y va a renacer una figura que ya no existe,
la de los ‘istas’ y la empresa no va tener que estar jugando al turista
taurino, de que si tienes una orejita avanzas una casilla y que una ‘bolita’
(de cuates) va a decidir quién va a la otra, ¡nada! toros que suban el miedo al
tendido y novilleros que impresionen.
Y entonces no va a
ser necesario esperar un mes pa’ repetirlos, en caliente al domingo siguiente,
porque así lo va a exigir la gente, la que va a matar a el ausentismo, el que
hoy manda.
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