lunes, 6 de abril de 2020

“La mentira es obsesión y falsa la verdad…”


México y anexas… las Bardianas
Columna cosmopolita

No sabía que el cielo se enfundaría de nubarrones catafalco, ni imagine que las entrañas  terrenales  pudiesen  aún cercenarse más de lo que la humanidad  con sus bombas lo ha hecho,  o que los mares con sus playas fueran desalojados, pero menos concebía que la piel sobre la piel de la tierra donde en estancia pasajera habitamos seres y animales, plantas y minerales,  fuese el escenario del morir por la angustia de la impotencia, si pensé, que en esto llamado patria sin país, alcanzaría a ver su desmoronamiento económico que en sí es la llave del  derrumbe moral, como preámbulo al estallamiento social, pero ahora no sé si me alcance el tiempo pa’ verlo, porque ya no está el maestro Roberto Cantoral pa’ que implore con aquello de ‘Reloj detén tu camino, porque mi vida se apaga…

Pero me resignaría o hasta conformaría,  que solo fuese la tinta de esta pluma vetusta, la que  probablemente no pudiese ver la luz de un nuevo amanecer, lo que no es así, porque en posibilidades, los momios están disparejos por efectos de edad, de cuidados,  de valentonadas, ignorancia y valemadrismo, pero todos amenazados por esa daga que se llama Covid-19, en lo meramente humano, en lo nacional ya ni diagnóstico, ni dictamen se necesita, la mecha  del  encono social hace años que empezó a arder en un cuerpo naciente  y hoy lo que se avecina ni el destino lo podrá detener, porque lo que se destruye con odio de clases,  solo puede sobrevivir si existiesen los milagros, lo cual es tan dudoso, como dicotómico lo es con eso de que -El secreto de la  suerte es nunca confiar en ella’-.

Pero tal vez algo que ayudaría sería  poner de nuestra parte deteniendo las mulas que van al trigo, ¿Cómo es eso? muy simple, calmando nuestras ansias de protagonismo que a estas alturas ya están logrando exasperar los ánimos de mucha gente, que ciertamente está más sensible que otra,   a lo que colabora el fastidio de lo trillado, ¿no estoy seguro en que porcentaje los mensajes que se están mandando son con el afán de hacerse notar o de ayudar en algo?, porque a estas alturas creer es cuestión de fe, sobre todo con tanto especialista que ha surgido del tema, bueno hasta las pechugonas y los bufones de la televisión ahora se arrancan predicando su sapiencia  en el tema,  la que  por cierto es nula, sin que les falten los consejitos baratos, ¿Qué no se han dado cuenta que por hacerle caso a un merolico en el Zócalo en gran parte estamos como estamos? Y ustedes creyendo que un micrófono o una pantallita de móvil son los diez mandamientos,  hablando de fe apenas vi  en la pantalla de plasma una película donde de baranda tratan eso de la fe, se llama ‘Ángeles y Demonios’ que está muy ligada con ‘El Código Da Vinci’, todo esto brotado de la luz del escritor Don Brown, que le da vida al personaje del profesor Robert Langdon, encarnado en la pantalla por Tom Hanks, digo, de ver estrellas de verdad a cartoneras o vacías en la tele doméstica pues no hay mucho que pensarle.


Ya que me he referido a la suerte y la fe recuerdo que el martes 17 de mayo del 2011 concurrí  al Edificio Moro de la Lotera Nacional que se halla  hasta la fecha donde  en 1851 - 1867 se situó ‘La Plaza de Toros del Paseo Nuevo’ bueno en el edificio de construcción tipo morisca  se celebró el sorteo pa’ conmemorar con un billete el Centenario del Natalicio del maestro Fermín Espinosa “Armillita”, el matador Miguel  al ver unos cachitos que mi menda traía con el numero 44333 me dijo este puede ser el de la ‘Suerte’ hay que tenerle fe, al quedarse con la mitad de la tira expresó -lo voy a guardar pa’ que nadie lo vea-, ante eso le pregunté; ¿“Camarón”, tú eres supersticioso? y contestó con la frase del “Pasmo de Triana”; -¡No¡ porque eso es de mala suerte-, y sobre lo mismo ¿sabrán las nuevas generaciones que por mala suerte  Miguel Espinosa “Armillita” en 1995 en la ‘Plaza de Las Ventas’ de Madrid,   se  clavó en el cuello una banderilla? que si no hubiese sido por la buena suerte de la pronta y diligente intervención del Dr. García Padrós, ¿Quién sabe si la hubiera librado?

Y es que así es la Fiesta, nadie sabe dónde, ni menos en que momento brinca el sapo, Fiesta de la que hemos dicho cada quien tiene la suya y  por ello cada quien la interpreta a su manera como, el ya hoy recordado y polifacético Luis Eduardo Aute, que  decía; -Yo soy taurino de afición en La Lidia-, porque no gustaba de llamarle Fiesta al ritual de la bravura, la seda y  los olés, del que expresaba que -Al toro  solo se le templa, no se le manda- y pensando en su patria que es Madre de la Nueva España, como se me  antoja lo bien que le vendría a el “Falsario del Palacio” el que desde en den antes del Coronavirus ya le partió la crisma al ‘puerquito de los ahorros nacionales’ y cantarle eso de; -Voy buscando la razón de tanta falsedad, La mentira es obsesión y falsa la verdad, ¿Qué ganarán?,  ¿qué perderán? Si todo esto pasara, es más fácil encontrar rosas en el mar, Rosas en el mar, Rosas en el mar, Voy pidiendo libertad y no quieren oír…-

Y me voy con un cuestionamiento que me hago a mí mismo; Si siempre he estado al lado de gente tan inteligente, ¿Por qué nadie me contagio?... bueno me consuelo  de ello en pensar que por lo aburrido que he sido, ahora no siento tanto el aburrimiento en el encierro, más si transito  preocupado porque usted se ¡Cuide!... ¡Hágalo Por Favor!

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