México y Anexas… las Bardianas
Columna Cosmopolita
De Madrid nos llegó el cierre de la revista
6TOROS6, que más decir de ella que no se haya dicho, pero sobre todo que esa
edición nos haya dicho a lo largo de treinta años que fueron los suficientes
pa’ convertirse en referencia obligada, hasta que nos mostró que en esto de las
cornadas nadie aguanta una embestida
descompuesta y mortal, cuando procede de un marrajo de la dehesa del
Coronavirus, al que parece que todavía no se le acaba de tomar la medida de sus
embates, que no respetan antigüedades, ni jerarquías, ¡Qué Pena!, pero más pena
que ya palmada la señora de lujosa impresión, ahora se le critique y se le
nieguen méritos lo cual no es más que una confirmación de lo importante que
fue, porque si no nadie la estaría recordando, dicen; Que era más blanda que el agua, como naranjo en flor.
De Sevilla que es
luz de faroles coquetos y melancolía en
presente, con esa expresión gitana que sale del alma en lamento que prende con
solo escuchar el Me cachis en la mar sala
así viene a la memoria aquel encuentro con el maestro Don Pedro Algaba el
que se dio en su Sastrería de Toreros la de la calle de Adriano a donde llegó
después de haber pasado por la calle de Virgen de Loreto y luego a la de Virgen
de Begoña, hará unos treinta años del comienzo de aquella historia junto al maestro estaba el pintor mexicano
Fco. Álvarez, quien no daba crédito que ahí en la contra barrera del mostrador
principal se hallase la cabeza impresionante de un toro de Miura lidiado por el
torero azteca Eulalio López “Zotoluco”, la plática seguía y seguía mientras que
el artista de los pinceles quedaba cautivado por un macho que había sido elaborado
pa’ un terno del jerezano Rafael
de Paula en hilo de oro y joyería de Swarovsky joya que gracias a la bondad de
esa bendita dama Doña Malena le fue
obsequiada a su pintor de cabecera, hoy la Sastrería de Toreros sevillana es melancolía, ¿A dónde iremos a parar con
esta parada que la pandemia le está metiendo a la humanidad?
La sana distancia con Monsiváis
Portales es un
barrio donde hay de todo a partir de sus mercados el de gastronomía y el de
implementos eléctricos y de plomería afuera hay zombis que le meten duro al chemo y que por King Size tienen la
banqueta a espaldas del mercado, esto sin que suene peyorativo pues ya lo dijo
el inconmensurable chihuahuense "Cuco" Sánchez (aunque hay quien la da como del dominio publico) -‘De piedra ha de ser la cama, de piedra la cabecera…- personajes los hay todos, destacándose el
señor de las nieves de Canarias, el de los tacos de machitos con salsa de
mayonesa, los piñateros que son verdaderos artistas, a dos cuadritas del
mercado principal está el tiradero de chacharas,
donde hasta hace diez años formaba
parte del paisaje Carlos Monsiváis, hablaba mucho de la tía Lolita del Río, la que bautizó al famoso
toro ‘Tanguito’, el que fue clave de sol pa’ inspirar el celebérrimo pasodoble “Silverio”
del maestro Agustín Lara, decía Monsiváis -Fue más
Dolores que Río... y más océano que río-, había escrito de mi familia burguesa (Gracias a Dios) en su libro ‘Amor
Perdido’ de inicio aborda al “Duque de Otranto”
con su columna ‘Los Trecientos… y algunos más’, páginas adelante llevó
en referencia en otro capitulo ‘La Nación
de Avándaro’ (1971) a los más jóvenes donde dice que -empresarios y publicistas
extreman su audacia- era un hombre/personaje alejado de la discriminación, hoy
tan de moda, ¡Que Viva Chumel!, pues desde aquella comida en el ‘Prendes’ del
Centro Histórico frente a la que fue sede de
la empresa de la Plaza México, no le vi incomodo entre tanto Fifí, al
contrario a sus anchas entre taquitos de escamoles y gusanos de maguey, agua de
horchata e higos en melcocha.
Por separado en el
periódico El País en una entrevista que le realizó el maestro Juan Cruz fechada
un 24 de junio del 2006 dijo; -De toros
no hablaré nunca, es un espectáculo de barbarie- más en cambio en el libro
ya referido en su reimpresión del 2002 publica a página completa una fotografía
del taurinísimo Agustín Lara ocupando una barrera de primera fila en la Plaza
de Toros-, y en la página de enfrente otra fotografía de José Alfredo Jiménez
actuando en el ruedo de otro albero torero, y confesaba leer al Bardo en el periódico
La Prensa ¿en qué quedamos compadre?,
en Portales por vecinos éramos coincidente siempre
guardando la sana distancia porque a mi menda el olor a gato, ni de siamés ni persa y él apestaba a todas
las razas.
Hoy a sus diez años
que se fue a meter hecho cenizas a su Gatourna
color cacahuate que es una obra de artesanía elaborada en cerámica
especialmente para él, por el también
artista Francisco Toledo y que se encuentra en su museo de ‘El Estanquillo’ en
las calles de Madero e Isabel la Católica, le recuerdo con un pasaje que se dio,
si no estoy mal en la calle de Rumania
donde está el tiradero de viejo, en
donde me agarró marchanteando una bota de vino Tres Z.Z.Z. pintada al óleo en la
panza con una espléndida pintura representando la suerte de ‘La Mariposa’,
¿para qué gastas en tauromaquia?, ¡Porque el arte tiene un precio y el más caro
es ignorarlo!
Y tomo vereda pa’ la
calle de San Simón donde vivía y pa’ la eternidad un 19 de junio del 2010,
porque como él, ninguno, era una auténtica figura que se daba el lujo de decir
a quien se debería de velar en Bellas Artes, eso era más que tener guasa, era tener
arte, era ser, un mandón.
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