México y anexas… las
Bardianas
Columna
Cosmopolita
¿Quién fue, es, y seguirá siendo; Paco Camino?, pues nadie
más que; Paco Camino, ¿o acaso, lo irrepetible, necesita ser explicado?
Como querer explicar a Paco Camino, ¿Si antes no nos han
explicado, que es el cielo?, que nos expliquen primero ¿Cómo fue que de la Capilla Sixtina se
escapó un divino pa’ ser reencarnado en Sevilla?
Ante eso no se necesita una explicación por el hecho de que
lo divino, lo milagroso rebasa la realidad, y la realidad es que Paco Camino es
más que imagen, es más que letras, nació
flama que ya es mucho decir y se hizo luz en el universo de lo inmortal, sobre
todo cuando se está en presente, que es
donde radica en su real dimensión la grandeza que poseen
los fuera de serie, los
tangibles, los venerados, por ello Paco Camino es de todos, sin que le haga
falta, lo que siempre ha sido suyo, el título de maestría prendida al pecho
de seda y alamares de oro.
Arte Fco. Álvarez
Y por su victoriosa
trascendencia es que fue incluido entre
los inmensos matadores del siglo que nos antecedió; Belmonte, “Gallito”, “Manolete”,
Ordoñez en el ‘Mural de la Inmortalidad Española’ (versión l), obra del pintor internacional el mexicano Fco. Álvarez.
Paco Camino es emergido en Camas, es de oro como el tesoro
de ‘El Carambolo’, es sinfonía del Olé, es frente al toro un sabio, es verbo y encarnación que hace 50 años un 4 de junio de 1970 se
elevó en Madrid, hasta la historia bíblica del toreo.
El Generalísimo Francisco Franco, vio partir plaza y siguió
toda la tarde con sus binoculares del interés y la admiración a quien nunca se
había visto, enfundado en grana y oro,
y parece que nunca más el maestro Fermín le confeccionaría un terno en esa tonalidad
a ‘Paquito’, seis de variadas dehesas y siete orejas no
fueron suficientes pa’ que la ‘Corrida de la Beneficencia’ fuera la cereza del
serial, ¡No! Madrid, sus aficionados, su gente,
querían que se rompieran esa tarde todos los moldes, la tradición, lo establecido,
y aún hasta lo prohibido como lo es por allá el toro de regalo y por ello luchó de pie y con el cogote abierto pa’ que fuera por
siempre y para siempre ‘La Tarde de Paco
Camino’, y por ello las almas que ahí eran testigos de la hazaña exigieron
un séptimo de Domecq, con una octava
oreja y así la leyenda se hizo realidad, quedando grabada a fuego y arte a técnica y destreza el día que un camero se hizo orgullo de Madrid y filosofía, trazo y esencia de
exportación, lo que sintetizó en una sola tarde en la que Camino en Camino,
camino el camino del caleidoscopio total de la tauromaquia universal.
Hoy a cincuenta años le preguntaremos a Miguel Abellán, en su
calidad de Director de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid; Si las siete
cabezas de los toros de aquella epopeya y el terno ¿Están aún en un lugar
preferente del Museo de las Ventas?, ¿la razón?, porque la historia de la
tauromaquia madrileña no se encontraría completa sin quién partió en un antes y
un después, sin quién marco un
parteaguas la ‘Corrida de la Beneficencia’, el señor Don Paco Camino,
benefactor del arte y la gracia, la
pureza y la coherencia, el temple y el
acero como virtudes elegantes y trascendentes.
Vaya pues, hasta la ganadería española de ‘Los Camino’ en Talayuela, municipio de la provincia de Cáceres,
en la región de Extremadura, a la vera
del río Tiétar enfrente de la Sierra de Gredos, por la carretera donde se
encuentra el Castillo de Oropesa, cuya majestuosidad lo ha convertido en
Parador Nacional, un ¡Viva Iluminado!
Porque eso es él, un
hombre claro de mente en lo que tenía que hacer, pa’ llegar a ser, lo que
siempre pretendió ser. ¡Un Torero!, a cuyas virtudes habrá que sumarle el don
de la ecuanimidad y la respetabilidad que fue logrando y que conserva, por ello
cuando su voz templada se escucha emitiendo una opinión o un juicio, no son
palabras lo que resuena, es el fluir, de la sabiduría.
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