La
legua había llevado a Jorge Reyes ‘El
Soberano’, el patriarca de los Viveros de Coyoacán, hasta Tierra Caliente, nos enteramos que conforme fuésemos llegando,
iríamos empezando el convite (desfile pa’ jalar gente a la plaza) lo que el
empresario compensaría dejando escoger el marrajo que cada quien se zumbaría, a media noche ‘El
Soberano’ dispuso pirarnos pa’ llegar primero y así nos tocaran los ‘toros tanques’,
porque la gente se pone brava, insoportable hasta ensañarse con
los que les tocan los bureles chicos, parándoles una chinga de perro bailarín,
que si bien les iba terminaban barriendo
el pueblo, restregando las pocilgas de la cárcel, vejados, hambrientos, y que
decir de los que no se justificaban, los que salían sintiéndose figuras, sin
hambre de triunfo, sin enjundia, sin valentía, sin vergüenza y por ello lo
menos que les esperaba, era no volver a esa plaza, pues ahí no había
influyentísimo, convenientes imposiciones, toreros jornaleros, prensa rosada
que tapara el fracaso convirtiéndose en cómplices, cuando uno no podía se arrancaba la coleta antes de arrastrar la
deshonra, ahí la hamaca no mecía a la comodidad… ahí, ¡era
la guerra!
La tarde resultó infernal, bañada
por orines, botellazos, mentadas de madre que caían por arriba de las trancas,
pues las toneladas descomunales de fibra lijosa, las miradas asesinas, la baba amarga, el olor de las costras de estiércol de las reses viejas y las
guadañas con huellas de muerte que ostentaban los bureles en los anillos de los
puñales, no fueron suficientes pa’ saciar el hambre de fiesta que
traían los tendidos.
Esto viene a propósito de que el martes próximo
se llevara a cabo la corrida más mediática del año, la pregunta; ¿saldrán toros
con bravura, edad, trapío, kilos, pitones intactos?, ¿o estarán pensando los
toreros que como se trata de un festejo bondadoso los ‘bombones’ también están invitados?
los cuales si se presentan no se deben tolerar y más aún se les debe exigir a
Hermoso de Mendoza, ‘Pepe Tomy’, J. G.
Adame Montoya y a Luis David Adame, que salden los números rojos que dejaron en la Plaza México.
El trato debe de ser; de corrida
de toros, nada de relajamientos, el
público pa’ verlos va a pagar, en otros casos a ser estrangulados por la
reventa, a consecuentar el frio y por ello tiene derecho de exigir que los toreros tomen en serio el compromiso trayendo
toros, no novillos de festival.
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